Swiss Army Man

Esta semana sólo ha habido un tema de conversación en el Festival de Sundance y en cualquier lado donde se hable de cine: Swiss Army Man. Si el nombre aún no les suena familiar, sólo será cuestión de tiempo para que escuchen de la película en la que Daniel Radcliffe interpreta a un cadaver que, por emanar gases, es usado como un jet ski por un naufrago (Paul Dano).

Definitivamente, es una premisa única — bastante ridícula y hasta cierto punto insultante —, pero eso no es necesariamente malo. Después de su proyección, Swiss Army Man ha generado críticas mixtas. Muchos la odian, pero otros piensan que es tan bizarra que podría adquirir seguimiento de culto. Estúpida y todo, la película ya tiene distribuidor, y pronto llegaría a las salas de cine.

Cavando hondo en lo que transcurre en los noventa minutos de película, el personaje de Dano no sólo usa la flatulencia del cadaver del personaje de Radcliffe para cruzar el mar; también usa su pene erecto como un compás. No es una historia fácil de digerir, y es por eso que ésta comedia dramática aparentemente ha registrado el mayor número de salidas (de críticos y miembros de la audiencia) durante su proyección.

Swiss Army Man

La controversia desatada por la película, dirigida por Daniel Kwan y Daniel Scheinerts, no evitó que hayan estudios ofertando por ella. Aunque no romperá el récord de Birth of a Nation, cuyos derechos de distribución fueron adquiridos a un costo de $17.5 millones por Fox Searchlight, Swiss Army Man ha encontrado un hogar en una de las casas más confiables del cine independiente norteamericano, A24, estudio que planea estrenar el film a mediados de este año.

Creo que después de esto, nadie volverá a ver a Daniel Radcliffe como Harry Potter. Jamás.

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