Ashgar Farhadi, director iraní ganador del Óscar detrás de films como la devastadora Una separación y la adaptación cinematográfica de La muerte de un viajante, retoma en su más reciente trabajo la temática que ha persistido a lo largo de toda su filmografía: la división familiar. 

Sin embargo, el realizador se aparta de los dramas familiares como tales para incursionar, en menor medida, en el cine de género con Todos lo saben, un thriller, proyectado dentro de competición en la presente edición del Festival de Cannes, apegado a las convenciones clásicas del suspense sobre la compleja red de relaciones de una resquebrajada familia española.

4/5

Ashgar Farhadi, director iraní ganador del Óscar detrás de films como la devastadora Una separación y la adaptación cinematográfica de La muerte de un viajante, retoma en su más reciente trabajo la temática que ha persistido a lo largo de toda su filmografía: la división familiar. 

Sin embargo, el realizador se aparta de los dramas familiares como tales para incursionar, en menor medida, en el cine de género con Todos lo saben, un thriller, proyectado dentro de competición en la presente edición del Festival de Cannes, apegado a las convenciones clásicas del suspense sobre la compleja red de relaciones de una resquebrajada familia española.

Laura (Penélope Cruz) es una española radicada en Buenos Aires que regresa a la ciudad donde creció para asistir al matrimonio de Ana (Imma Cuesta), su hermana. Allí se reencuentra con Paco (Javier Bardem), un hombre con quien mantuvo una relación que ahora se dedica a administrar un viñedo en las afueras de la ciudad junto a su mujer, Bea (Bárbara Lennie). Durante la celebración después de la boda, Laura descubre que su hija, Irene (Carla Campra), ha desaparecido sin dejar rastro alguno. Una llamada confirma que se trata de un secuestro, por lo que su esposo, Alejandro (Ricardo Darín), viaja desde Argentina para tratar de solucionar el problema en tanto Paco, ante la desaprobación de Bea, busca una forma de pagarle el dinero a los secuestradores.

Aunque se trata de un drama con rasgos de thriller, en esencia, Todos lo saben no difiere mucho de la obra de Farhadi, pues, como vimos en Una separación y en la película que le sucedió, El pasado, el realizador parece seducido por la idea de hogares rotos, la fragilidad de la unión matrimonial y la delgada línea que conforma el parentesco. Todos esos temas emergen en Todos lo saben, solo que bajo la envoltura de una película de misterio cuyo desenlace puede parecer simplón.

La conclusión carece de fuerza, pero las dos horas que le preceden son efectivas. Farhadi invita al espectador, como si se tratara de un juego de mesa detectivezco, a tratar de descifrar el misterio que ha planteado. En esos términos, Todos lo saben tiene mucho de la novela de Agatha Christie, Asesinato en el Orientes Express. La única diferencia es que no se tratan de extraños sobre el vagón de un tren, sino de los miembros de una familia que está más dividida de lo que creen. 

En papel, uno de los principales atractivos de la película (aparte de ver a Ricardo Darín codearse con la élite del cine europeo) es la novena colaboración entre Cruz y Barden en pantalla – esposos en la vida real -, sólo que ahora bajo la directriz de uno de los mejores realizadores iraníes de la actualidad.

Temáticamente hablando, la película recoge los temas que se han manifestado en los trabajos anteriores de Farhadi. Sin embargo, aunque funciona bastante bien como thriller dramático, Todos lo saben fracasa en llegar al espectador de la forma en la que los dramas anteriores del director lo habían hecho .

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