Captain America: Civil War

Y Marvel Studios lo ha hecho de nuevo. Con Captain America: Civil War (dada la magnitud del film, Avengers 2.5 también le sienta bien), la casa Marvel ha probado que puede hacer todo bien en la limitación de una película: introducir nuevos personajes, establecer futuras entregas, tratar con problemáticas actuales, y sobre todo, ofrecer entretenimiento sólo como ellos pueden.

Con Joe y Anthony Russo de regreso tras cámaras, los directores han retomado los conceptos que, hasta ahora, habían hecho de The Winter Soldier la película más enriquecedora, adulta, y astuta del estudio. Claro que Civil War, como toda película de Marvel, tiene momentos de ligereza (en parte es lo que contribuye a su encanto), pero no por eso deja de ser un trabajo que trata con problemas serios. Sin lugar a dudas, Civil War es la mejor y más ambiciosa entrega del MCU.

Cuando el equipo de Capitán América (Chris Evans) causa daños colaterales (accidentales, cabe aclarar) durante una misión en Nigeria, el general Thaddeus Ross (William Hurt) le informa a Los Vengadores que los eventos acontecidos en Nueva York, Washington, y Sokovia han provocado que las Naciones Unidas consideren pasar una ley de registro para superhumanos. Tony Stark (Robert Downey Jr.) se siente culpable por las muertes de Sokovia. Cree firmemente que una entidad debe mantenerlos bajo control. Steve, por su lado, cree que organizaciones gubernamentales tienen agendas, por lo que rechaza la idea de trabajar para ellas. Mientras tanto, Bucky Barnes (Sebastian Stan) es acusado de un ataque terrorista en Vienna, lo que ocasiona que los equipos de Tony y Steve colisionen debido a sus diferencias ideológicas.

Captain America Civil War

Trayendo de regreso a los directores de la película más astuta de Marvel, se podía prever que Civil War iría por la línea temática de The Winter Soldier, pero lo que más sorprende de éste, el decimotercer estreno bajo el sello Marvel, es el trato que el guión de Christopher Markus y Stephen McFeely le ha dado a los personajes. Claro que a la mitad de estos héroes ya los hemos visto en un puñado de películas, pero no por eso la responsabilidad es menor. En Civil War no sólo conocemos por primera vez a Black Panther (Chadwick Boseman; el trabajo que el librero hace para hacernos conocer los orígenes étnicos del personaje es excepcional) y a la nueva iteración de Spider-Man (Tom Holland), sino también a personajes como Vision (Paul Bettany) y Scarlet Witch (Elizabeth Olsen), que si bien ya conocimos superficialmente en Age of Ultron, ahora tenemos una verdadera percepción de quiénes son.

Ahora, me gustaría regresar para hablar un poco más de Spider-Man, porque lo que vemos aquí es más que un simple cameo. No quiero adelantarme a nada o desestimar el fantástico trabajo de Tobey Maguire y Andrew Garfield (sus dos pasadas encarnaciones), pero creo que con Tom Holland tenemos a la mejor versión cinematográfica del arácnido. En vez de volver a contar el origen de este nuevo Peter Parker, el film no pierde tiempo y lo presenta como el vigilante que resguarda las calles de Queens. Es entendible porqué Holland fue contratado. Su química con Robert Downey Jr. es fuerte. Casi como la de un padre y un hijo. Y el lazo que mantiene con su joven y atractiva Tía May (Marisa Tomei; escucharán varias bromas al respecto) se siente como una relación real. Una cosa fue verlo dos segundos en un trailer, pero verlo junto a Iron Man o peleando contra Capitán América o Ant-Man (Paul Rudd) es tan emocionante que es casi difícil de creerlo.

Captain America: Civil War

Iron Man y compañía pueden estar invitados a la fiesta, pero ésta realmente se siente como una película (y continuación) de Capitán América. Esto le da pie a los Russo de continuar ejerciendo el comentario social que hizo de The Winter Soldier la película más inteligente del MCU y de no dejar a sus personajes en la interperie, como Black Widow (Scarlett Johansson), Falcon (Anthony Mackie), y la Agente 13 (Emily VanCamp). Para una película con tantos personajes, los roles de cada uno son sustanciales. Incluso el del Helmut Zemu de Daniel Brülh, quien al igual que Spider-Man, tiene un papel más grande de lo que se creía.

Si bien ambos lados aclaran porqué apoyan o no la legislación de la reforma superhéroe, el único problema de la película es que está más enfocada en la subtrama que Capitán América mantiene con Buck (ahora un fugitivo) que su diferencia ideológica con Iron Man, lo cual funciona como el combustible del conflicto principal, e incluso titular (por algo se llama Civil War). Pero a fin de cuentas, es el cierre de trilogía de Capitán América, y es difícil culpar a los guionistas por querer darle una conclusión de una vez y por todas a la relación que Cap mantiene con Buck. Digo, es su película. Que el conflicto sea enorme no quiere decir que haya que ignorar sus problemas por completo. Es evidente que Cap todavía no se adapta al mundo moderno, y en Buck no ve a un enemigo con el cerebro lavado, sino a un amigo capaz de entenderlo.

Captain America: Civil War

Conspiraciones, persecuciones, y disputas políticas e ideológicas. Las películas de Marvel pueden ser serias como cualquier otra. Civil War prueba una vez más que si bien la formula del estudio es un tanto repetitiva (como se dice en el fútbol: “Equipo que gana, no se toca”), funciona.

Con su característico humor (potenciado por Spider-Man, obviamente), nuevos personajes, la mejor acción probablemente desde The Raid, y problemas reales, Captain America: Civil War es otro triunfo del Universo Cinematográfico de Marvel.

9/10

Captain America: Civil War - Póster

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