The Fantastic Four

Para bien, el cine de superhéroes ha evolucionado. Sin embargo, existen películas retrógradas que han quedado estancadas en su propia mediocridad. Fantastic Four, la tercera iteración cinematográfica de la famosa agrupación de Marvel, es otro fiasco que, a diferencia de las dos pasadas desastrosas realizaciones, contó con un buen reparto y a lo que en papel lucía como el director apropiado en Josh Trank.

Si Fantastic Four pudo probar algo, además de sembrar la duda de qué tan adaptable sea el material a la gran pantalla, es que una producción problemática, indecisiones creativas, y conflictos entre director y productor pueden afectar las actuaciones de un elenco que, a diferencia de la propia película, es fantástico. Fantastic Four se siente como un déjà vu de cómo el cine de superhéroes era y un recordatorio de cómo tiene que dejar de ser.

Reed Richards (Miles Teller) es un científico que anhela crear el primer teletransportador de materia. Junto a su mejor amigo, Ben (Jamie Bell), son desestimados hasta que el profesor Franklin Storm (Reg E. Cathey), asombrado por su trabajo, le propone a Reed unirse a él y a su hijastra, Sue (Kate Mara), a continuar el desarrollo de un prototipo con el que puedan teletransportarse a una dimensión paralela. Franklin recluta a su antiguo protegido, Victor (Toby Kebbell), y a su irresponsable hijo, Johnny (Michael B. Jordan), para que se unan al equipo. Cuando la NASA se apodera del proyecto para enviar a sus astronautas, Reed y los demás usan el teletransportador para dejar su ¨huella¨ en el planeta al que llegarán. Allí son infectados por una sustancia que altera sus capacidades físicas, dándoles poderes especiales y poniéndolos en la agenda militar del gobierno.

Fantastic Four

Como la historia del origen de una agrupación, la película cumple juntando a los personajes, mas no dándoles un motivo para convertirse en los Fantastic Four. Aquí no existe la esencia de hermandad (la agrupación es considerada la primera familia de héroes de Marvel); sólo son un grupo de conocidos que se unen para detener los planes del malvado Doom de destruir la Tierra.

Fuera de sus motivaciones personales, el guión co-escrito por Trank, Simon Kinberg, y Jeremy Slater hace un terrible trabajo desarrollando los personajes. Ninguno se siente como una persona real porque el guión no da lugar para trabajar en sus relaciones. Lo único que conocemos de Reed es que quiere construir su teletransportador, y mientras hay guiños de su relación con Sue, el guión hace del aspecto científico de la película el más importante, dando como resultado una serie de personajes unidimensionales pobremente escritos. Los personajes están tan poco trabajados que no pasan de ser arquetipos. Reed es el científico, Ben su mejor amigo, Sue el interés amoroso, Johnny el rebelde, y Victor el resentido.

Fantastic Four

El más grande problema de Fantastic Four es su corta duración. Siendo justos con Trank (aparentemente el corte original sobrepasaba las dos horas), es imposible hacer de una película de cien minutos una historia de origen de no uno, sino cuatro personajes. Y no sólo eso, una que sea cohesiva y ofrezca balance entre intelecto científico y acción. Trank pudo haber hecho su tarea queriendo darle un origen apegado a la realidad a los Fantastic Four, pero en lo último se queda corto, y para empeorar aun las cosas, debe ser la peor confrontación de desenlace que he visto en una película de superhéroes.

Hasta en lo que la mitad del segundo acto era una película mediocre, es visible dónde los problemas comenzaron a afectar al reparto. Uno pensaría que, lo menos que Fantastic Four pueda ofrecer eran buenas actuaciones, y tenía con qué, pero Miles Teller, el peor aquí, nunca caracteriza a un líder a seguir. El Ben Grimes de Jamie Bell nunca actúa como el ¨músculo¨ de la ¨agrupación¨, y Michael B. Jordan le da poco encanto a su Johnny Storm. El único personaje remotamente interesante y bien actuado es Sue. Kate Mara merece una mención especial por dar una buena performance en una película donde era indeseada por su director. Para terminar hablando de personajes, sólo voy a decir que el Mandarín de Ben Kingsley es el Joker de Heath Ledger alado del Dr. Doom de Toby Kebbell.

Fantastic Four

Cuando se pretende ser demasiado literal nunca funciona dentro del contexto moderno de una película de superhéroes. De ser así, Batman & Robin no sería tan odiada como lo es hoy en día. Si bien es entendible que una película no quiera aceptar con brazos abiertas la ridiculez de su material gráfico, Fantastic Four es la gota que derrama el baso en cuanto a una película que no quiere aceptar su origen se refiere. El guión hace referencias bastante pobres, especialmente rumbo al final, pero ninguna es suficiente para ocultar el hecho que Trank quiere disimular lo más que pueda cualquier cosa que ligue a estos personajes con la agrupación del cómic.

Con esta nueva iteración mediocremente escrita, ridícula en actuaciones y ligera en acción, Josh Trank ha querido hacer una película de los Fantastic Four, sin los Fantastic Four.

2/10

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