Swiss Army Man

Por Julio Fernando Navas

Por más audaz o atrevida que sea una idea, eso no significa que deba ser transformada en una película. Sin embargo, en una industria que pide a gritos originalidad, cualquier propuesta es bienvenida. Incluso si es algo tan irreverente como Swiss Army Man, la película que más dio de qué hablar durante su paso a inicios de año por el festival de Sundance al registrar el mayor número de salidas durante una proyección.

El controvertido film que tuvo a más de un estudio ofertando por sus derechos de distribución parte de una premisa sencilla: un naufrago en una isla desierta planea ponerle fin a su vida. La historia da un giro radical cuando un cadáver es arrastrado a la orilla. Cuando éste da señales de “vida”, el naufrago descubre que puede usarlo como una moto acuática para escapar de la isla. Verán, puede que a largo plazo Swiss Army Man adquiera seguimiento de culto, pero por ahora se presta como algo que simple y llanamente amas u odias.

Al borde del suicidio, Hank (Paul Dano), un naufrago, encuentra una segunda oportunidad cuando un cuerpo (Daniel Radcliffe) llega oportunamente a la isla. Cuando él descubre que de hecho se trata de un cadáver, planea retomar su plan original, pero cuando el cuerpo, al que bautiza como “Manny”, da señales de vida (por medio de gases), Hank decide usarlo como a una navaja suiza — por sus múltiples funciones — para escapar de la isla y encontrar a la mujer (Mary Elizabeth Winstead) de la que está secretamente enamorado.

Swiss Army Man

“Manny, creo que tu pene nos guía a casa”, le exclama Hank cuando lo estimula con una revista pornográfica para usar su pene como un compás. Swiss Army Man es un intento audaz por hacer algo diferente, pero no por ser distinta (o algo que roza en lo ridículo) quiere decir que sea buena. Es admirable que los directores Daniel Kwan y Daniel Schneiter (autoproclamados como Los Daniels) quieran proponer algo diferente, pero de acuerdo a los extremos a los que llevan la historia se percibe como algo pensado para provocar reacciones. Lo que seguramente comenzó como una broma (una película sobre la relación entre un cadáver flatulento y un naufrago) se cristalizó en una película.

Para algunos la historia puede ser una bofetada al sentido común (jamás se explica a fondo cómo rayos un cadáver puede ser empleado como una moto acuática), pero es difícil no sentirse seducido por la puesta en escena de los Daniels. Proveniente del mundo de los vídeos musicales, el dúo, preocupantemente obsesionado con la material fecal, maquilla una premisa difícil de digerir con la creación de un mundo que es tanto rústico como colorido. Ver Swiss Army Man no es fácil, pero los Daniels se aseguran de hacerlo lo más tolerable posible.

Swiss Army Man

De por sí se esperaba que la premisa se robe toda la atención (y claro, ¿cómo no iba a hacerlo?), pero el trabajo de Paul Dano, notoriamente infravalorado, y Daniel Radcliffe, aún bajo la sombra de Harry Potter, es notable. El dúo tiene la responsabilidad de llevar todo el peso protagónico del film, y aun cuando Radcliffe se pone bajo la piel de un cadáver medio inerte, es encantador verlo regresar a la vida.

Puede que Swiss Army Man intente ser una metáfora de lo que significa estar vivo o amar, y a pesar de un guión astuto, la película no evita reducirse a ser un recorrido aburrido de las funciones básicas de la anatomía humana. Con el tiempo Swiss Army Man encontrará a su público, pero por ahora no es una película para cualquiera.

5/10

Swiss Army Man - Póster

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