El parecido que Life sostiene con Alien: el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979) es inobjetable. Tenemos a los tripulantes de una nave espacial que tienen la misión de estudiar una forma de vida extraterrestre desconocida. Como se espera, las cosas salen mal y los astronautas deben idear una forma de permanecer con vida. Alien y Life son correctas en ejecución, pero el fracaso de ésta última habla de cómo un cine con más recursos tecnológicos se queda corto frente a un cine de corte más artesanal.

3/5

Cuando una película pretende homenajear a otra existe una doble moral de por medio. Si el resultado es bueno, es un homenaje bien logrado. Si es lo contrario, es una vil imitación que bebió exageradamente de su fuente de inspiración. Life: vida inteligente, la nueva película del director Daniel Espinosa (Protegiendo al enemigo), se encuentra entre ambos extremos.

El parecido que Life sostiene con Alien: el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979) es inobjetable. Tenemos a los tripulantes de una nave espacial que tienen la misión de estudiar una forma de vida extraterrestre desconocida. Como se espera, las cosas salen mal y los astronautas deben idear una forma de permanecer con vida. Alien y Life son correctas en ejecución, pero el fracaso de ésta última habla de cómo un cine con más recursos tecnológicos se queda corto frente a un cine de corte más artesanal.

Los tripulantes de la Estación Espacial Internacional logran exitosamente obtener una muestra del suelo de Marte extraída por medio de una sonda. La investigación es conducida por los doctores David Jordan (Jake Gyllenhaal) y Miranda North (Rebecca Ferguson), quienes junto a la comandante de la Estación, Katerina Golovkina (Olga Dihovichnaya), supervisan la estimulación de la muestra extraída de Marte, de la cual está a cargo el biólogo Hugh Derry (Ariyon Bakare). Cuando la muestra, a la cual apodan Calvin, crece lo suficiente para convertirse en una amenaza inteligente, los tripulantes de la Estación deberán encontrar una forma de permanecer con vida dentro de la nave.

Desde Alien, estrenada hace casi cuarenta años, han surgido imitadoras como la película sobre rocas espaciales asesinas, Apollo 18 (Gonzalo López-Gallego, 2012) y Europa Report (Sebastian Cordero, 2013), un letárgico ejercicio de found footage. Life, un film que también quiere jugar a ser Gravedad (Alfonso Cuarón, 2013), se une al montón.

Como acoté anteriormente, Life es ejecutada de una forma bastante correcta. La película no tiene apuros (eso sí, su parsimonia es desesperante) y se asegura de desmenuzar a los personajes antes de hacerlos presa de una cacería sistemática. Y es que como todo film en el que una tripulación es presa de un organismo extraterrestre, vemos cómo cae uno por uno sin importar lo predecible que sea.

Aunque el libreto de Rhett Reese y Paul Wernick (Zombieland, Deadpool) sufre de sobrexposición, especialmente cuando la muestra comienza a tomar vida, Espinosa dirige la película con la suficiente minuciosidad para ofrecer algo de suspenso y uno que otro susto.

Obviando las cuestionables decisiones con las que algunos personajes (el Doctor de Gyllenhaal es increíblemente imprudente, por no decir estúpido) pretenden salir de apuros, Life, situada a años luz de lo logrado por Alien, es inofensivamente discreta.

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