Trabajada como un thriller, ¡Huye! no sólo es capaz de ofrecer sustos, sino también una reflexión, y esa es una cualidad que por mucho ha pasado desapercibida dentro de las limitaciones temáticas del cine de horror. Astuta, profunda y con algo importante que decir, ¡Huye! es una de las propuestas más sustanciales que el género nos ha brindado en años.

4/5

El cine social contemporáneo que prioriza la exploración de la injusticia racial en América nos ha entregado un puñado de exponentes de peso a lo largo de los últimos años como 12 años de esclavitud (Steve McQueen, 2013), Selma: El poder de un sueño (Ava DuVernay, 2014) y No soy tu negro (Raoul Peck, 2016), pero nunca antes una película de género concebida por alguien que se dedica a escribir comedias para televisión ha generado un impacto como ¡Huye!, la ópera prima de Jordan Peele.

Trabajada como un thriller, ¡Huye! no sólo es capaz de ofrecer sustos, sino también una reflexión, y esa es una cualidad que por mucho ha pasado desapercibida dentro de las limitaciones temáticas del cine de horror. Astuta, profunda y con algo importante que decir, ¡Huye! es una de las propuestas más sustanciales que el género nos ha brindado en años.

Chris (Daniel Kaluuya) es un fotógrafo afroamericano que no puede evitar sentirse incomodado por tener que conocer a los padres de su novia caucásica, Rose (Allison Williams), en su finca en las afueras de la ciudad. Cuando Chris llega al lugar y se fija en el extraño comportamiento de la servidumbre (Georgina y Walter, también afroamericanos), comienza a sospechar de los verdaderos motivos de Rose y sus padres, Dean (Bradley Whiford), un neurocirujano y Missy (Katherine Keener), una hipnoterapeuta.

Como escritor, Peele sobresale por su sitcom Key and Peele y Keanu (Peter Atencio, 2016). Pongo el foco de atención sobre su historial cómico no porque la película tiene pequeños momentos de gracia, sino porque el detonante del conflicto (el novio conoce a los padres de la novia) es un dispositivo narrativo que se ha visto en innumerables comedias. ¡Huye! no es una comedia a secas, pero sí nos remite a una cuando conocemos a Rod (LilRel Howery), el mejor amigo de Chris y el comic relief que nos da un respiro de la incomodidad palpable de nuestro protagonista.

¡Huye! no es una película completamente original. Tampoco es difícil imaginar a dónde se dirige la historia, especialmente después de conocer a los padres de Rose, a sus arios invitados y a la bizarra servidumbre del lugar. La verdadera fortaleza se encuentra en el poderoso libreto de Peele, el cual por medio de mucho subtexto logra contar una historia de esclavitud moderna.

Ahora, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, racismo es una «exacerbación del sentido racial de un grupo étnico que suele motivar la discriminación o persecución de otros u otros con quienes convive.» El discurso de ¡Huye! no podría ser más claro, pero también juega el rol de un arma de doble filo al no haber personajes blancos que sobresalgan por sus buenos atributos. Según el compás moral con el que juzga la película, los negros son buenos y los blancos son malos. Eso técnicamente es racismo, ¿pero quién dijo que ser un director negro no tenía beneficios hoy en dia?

Superficialmente puede que ¡Huye! se perciba como una de esas películas que buscan, al igual que muchas otras, aleccionar al espectador, pero cuando el subtexto es lo suficientemente astuto, es difícil molestarse cuando se está siendo aleccionado, incluso cuando la postura del director no es tan imparcial como debería.

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