Estrenada en el marco del Festival Internacional de Venecia frente a una respuesta mixta, madre! es la pieza que consolida a Aronofsky como un verdadero provocador. Ya sea para bien o para mal (la película sostiene un insensato “F” de desaprobación en Cinemascore, la Rotten Tomatoes del público), mother! será sin lugar a dudas una de las películas más discutas del año y probablemente de la filmografía de su director.

3.5/5

Darren Aronofsky ha regresado y lo hace con su película más personal, alegórica y divisiva hasta el día de hoy. Y es que después del fracaso crítico y comercial de Noé, su primer blockbuster, eso es justo lo que necesitaba. Su nueva película, madre!, es un asalto a todos los sentidos.

Estrenada en el marco del Festival Internacional de Venecia frente a una respuesta mixta, madre! es la pieza que consolida a Aronofsky como un verdadero provocador. Ya sea para bien o para mal (la película sostiene un insensato “F” de desaprobación en Cinemascore, la Rotten Tomatoes del público), mother! será sin lugar a dudas una de las películas más discutas del año y probablemente de la filmografía de su director.

Situada en una remota casa en proceso de renovación conocemos a un poeta (Javier Bardem) que vive junto a su esposa (Jennifer Lawrence) mientras intenta inspirarse para volver a escribir. Todo marcha con relativa normalidad hasta que un día un hombre (Ed Harris) aparece en la puerta de la pareja. Tiempo después lo hace su esposa (Michelle Pfeiffer) y así un sinnúmero de personas desconocidas sucesivamente, transformando la tranquilidad del hogar en un verdadero infierno.

Desde El bebé de Rosemary (Roman Polanski, 1968) hasta El resplandor (Stanley Kubric, 1986) y Horas de terror (Michale Haneke, 1997), madre! ha sido comparada con un buen puñado de películas, y aunque las referencias están ahí, y vaya que son reconocibles, el subtexto es lo suficientemente poderoso como para que no sean una distracción.

madre! es el tipo de película que amas u odias. Es perfectamente etendible que las personas que no tengan la menor idea de quién es el director (ha dirigido títulos notables a lo largo de su carrera como Pi, Requiem por un sueño, La fuente, El luchador y Cisne negro) aborrezcan madre! porque, en honor a la verdad, es una completa e inconexa locura. Incluso para los que deducimos de qué va la película es engañoso descifrar lo que Aronofsky intenta decir.

Es probable que existan múltiples interpretaciones en torno a madre!, pero si la película aborda un tema es el de la relación entre un artista y su arte. En concreto, el de un autor y su cine. Noé (tan desastrosa como el suceso bíblico en el que está inspirada) no sólo es la mancha negra en la filmografía de Aronofsky, es su transición a una industria que no está dispuesta a ceder control a las personas que son capaces de crear.

Ésta es la película más personal de Aronofsky porque se percibe su sentir respecto a, bueno, casi todo: su arte, las críticas, la histeria mediática y su público. El despecho de un director que saboreó por primera vez el fracaso es palpable.

Alejándonos un poco del subtexto, mother! es un regreso en forma para Aronofsky. Durante la primera hora la película te mantiene al borde del asiento desplegándose como un drama cocinado a fuego lento de invasión casera. La foto de Matthew Libatique (trabajó en todas las películas de Aronofsky con excepción de El luchador) hace que sintamos que estamos tan desolados como el personaje de madre de Jennifer Lawrence y el trabajo de sonido es impecable. Quizás el único apartado al que mother! puede aspirar en ruta al Oscar.

Lawrence, quien ha venido de una serie de caracterizaciones insípidas y aburridas, imprime algo del talento que se espera de ella poniéndose bajo la piel de un personaje vulnerable, al borde de ser sumiso. Javier Bardem brilla como el poeta bloqueado falto de inspiración y Ed Harris y Michelle Pfeiffer brillan (como de costumbre) en roles secundarios como los peores huéspedes que alguien podría imaginar. Independientemente de lo que se piense de madre!, Aronofsky ha despertado emociones, y si eso no es arte, entonces no sé qué es.

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