La violencia que el narcotráfico genera en México no cesa, ¿pero qué si ésta se toma el país por completo? Bajo ese desesperanzador escenario se sitúa el cuarto largometraje de ficción del realizador guatemalteco Julio Hernández Cordón (Te prometo anarquía, 2015), Cómprame un revolver.
Estrenada dentro del marco de la Noche de Directores del Festival Internacional de Cannes, la película tiene una esencia distópica a lo Mad Max (George Miller, 1979), sólo que narrada desde la perspectiva de Huck (Matilde Hernández), una niña que junto a su padre, un adicto a las drogas, velan por un pequeño estadio de Baseball al que los narcos van a pasar el rato.