Tuvieron que pasar casi cinco décadas para que veamos la continuación más digna del clásico que John Carpenter nos entregó en 1978. De mano de un realizador con pasado en el cine dramático como David Gordon Green (George Washington, Joe, Más fuerte que el destino), la excelentísima música compuesta por el propio Carpenter y el formidable regreso de Jamie Lee Curtis, Halloween le hace justicia a la mítica figura de uno de los rostros más reconocibles en la historia del género.
Tuvieron que pasar casi cinco décadas para que veamos la continuación más digna del clásico que John Carpenter nos entregó en 1978. De mano de un realizador con pasado en el cine dramático como David Gordon Green (George Washington, Joe, Más fuerte que el destino), la excelentísima música compuesta por el propio Carpenter y el formidable regreso de Jamie Lee Curtis, Halloween le hace justicia a la mítica figura de uno de los rostros más reconocibles en la historia del género.
Son nueve las películas – contando los dos filmes dirigidos por Rob Zombie – que suceden al clásico de Carpenter, y pese a que esta nueva entrega cae en lo repetitivo siguiendo la fórmula que ya conocemos (Michael Myers escapa de un instituto mental dejando un rastro de cadáveres por doquier), se ve beneficiada por la evolución de una empoderada Laurie Strode dispuesta a no volver a correr de su eterno acosador.
Han pasado cuarenta años desde que Michael Myers asesinó a su hermana con un cuchillo de cocina y sembró terror en todo Haddonfield. Desde su confrontación con Michael, Laurie (Curtis) se ha alejado de su familia y se ha preparado (y armado) para el día que tenga que volver a confrontarlo. En noche de brujas, Michael escapa cuando un bus que transporta a otros enfermos mentales se estrella en medio de la nada. Con la maldad pura que lo caracteriza, Michael hace su regreso a Haddonfield en búsqueda de Laurie, quien espera asesinarlo de una vez y por todas.
Los que están familiarizados con la original o han visto algunas de sus continuaciones ya saben a qué atenerse cuando Michael queda en libertad, y ese es el punto más flojo del libreto a cargo de Gordon Green, Maled Akkad y Danny McBride (sí, ese Danny McBride). Sin embargo, en el polo opuesto de esa flaqueza se encuentra la transformación de Laurie Strode, quien pasa de ser una scream queen a una mujer de armas tomar en todo el sentido de la palabra.
A nivel de estructura narrativa, más que una secuela – en teoría deshace los acontecimientos de las otras películas -, esta nueva versión se siente más como un remake, y se debe a que David Gordon Green, sin acercase mucho a la eficacia de Carpenter que sí sentimos en la fenomenal Está detrás de ti (David Robert Mitchell, 2015), logra capturar la atmósfera de la original. Claro que la música compuesta por Carpenter es de ayuda en ese apartado.
A diferencia de los personajes que hemos conocido en el resto de películas de la saga y en otros slashers adolescentes, es Laurie, como si fuese David Summer en Los perros de paja (Sam Peckinpah, 1971), quien se mantiene firme con escopeta en mano en tanto Michael invade su hogar, adecuado a una suerte de búnker, para asesinarla a ella y a toda su familia.
Lejos de ser una película que reinvente al género, Halloween, quizás la más violenta de todas, tiene más de reimaginación moderna que de secuela. Si sumamos eso a lo baja que había quedado la vara después de tantos años, alcanza.