Julie Keeps Quiet, De Leonardo Dijl.
La descarga de energía propia de un raquetazo, ese desquite (en ciertos casos, de ira contenida u otros sentimientos enbotellados) con una pelota de goma, va cobrando gradualmente otra connotación en Julie Keeps Quiet, inquietante ópera prima del joven realizador Leonardo Van Dijl sobre las dinámicas de abuso y poder en las esferas de la clase media-alta belga.
Julie (Tessa Van den Broeck en su primer crédito actoral) es una prometedora tenista y ejemplar estudiante que se destaca por el resto de sus compañeros en una opulenta academia donde el dinero compra la atención de los mejores instructores. Su rutina diaria se rompe por la repentina ausencia de su viejo entrenador, Jeremy (Laurent Caron), de quien pronto se sabe fue suspendido cuando queda al desnudo su relación con una estudiante que se quitó la vida. Mientras más detalles salen a la luz con una investigación en curso, Julie, con el peso del mundo sobre sus hombros, se debate entre exponer su caso o ser cómplice silente de un abuso sistemático.
Estrenada dentro de la Quincena de Realizadores del Festival de Cine de Cannes, Van Dijl, a sus tiernos 34 años, despliega en Julie Keeps Quiet su pericia como narrador valiéndose de herramientas como el fuera de foco, encuadres lejanos y silencios para recrear una atmósfera opresiva y plasmar lo que bien se podría diagnosticar como un cuadro disociativo en su protagonista, presa de un claro de síndrome de Estocolmo.
La decisión de encuadrar a Julie a través de puertas, ventanas o hasta planos generales está al servicio de la clínica puesta en escena del director y la ambigüedad moral que se maneja en la historia. No esperan escandalosos momentos reveladores o un clímax con el abusador entrando esposado a una patrulla.
Julie es un personaje hermético que se mantiene aislado del mundo en su pequeña burbuja de manipulación emocional. De hecho, la película podría disimular como el retrato de una asesina serial en potencia. Pero Dijl logra romper esquemas al dotar a su cómplice/víctima de un tormento interior que invade todos los incómodos planos de la obra.
Si Cómo tener sexo (Molly Manning Walker, 2023) rescataba la fugacidad irreversible de una agresión sexual, Julie Keeps Quiet expone con espeluznante realismo (los Hermanos Dardenne se embarcaron como productores) el porqué la víctima del abuso suele callar.
Julie Keeps Quiet, selección oficial de Bélgica para el Oscar, es distribuida en Norteamérica por Film Movement.
