Cuando se trata del cine de horror, éste puede tener ramificaciones. El género como sí ya casi no da para más. Directores como Ti West, Adam Wingard y Robert Eggers han encontrado la forma de hacer películas de terror que tengan tanto estilo (estética) como sustancia (buena narrativa). A esta lista de nombres podemos oficialmente añadir el del uruguayo Fede Álvarez.
Si en 2013 hizo casi lo imposible haciendo un fabuloso remake — estas dos palabras raramente se conjugan en una oración — de El despertar del diablo, con No respires, Alvarez ha hecho una de las mejores películas de invasión casera de los últimos años. No respires le otorga un verdadero significado a estar al borde de tu asiento.