No hace mucho el logo de Netflix era sinónimo de calidad televisiva garantizada. Luego ‘Richie Rich’ llegó al catálogo. Rápidamente, la compañía más grande de video on demand ha crecido como una de las más grandes productoras de series, y el día de ayer, confirmaron que uno de sus nuevos dramas, ‘Bloodline’, ha recibido la aprobación para la producción de su segunda temporada.
Actualmente voy por el quinto episodio, y puedo decir que Bloodline es otra de las muchas propuestas ganadoras de Netflix. Las actuaciones son de primera (es lo menos que se puede esperar de talentos como Kyle Chandler, Ben Mendelsohn, Sam Shepard, y Sissy Spacek), y la historia sumamente intrigante. Como no he terminado de ver la primera temporada, asumo que existe un final que da entrada a una nueva, pero por cómo concluye cada episodio, me pregunto qué le depara a los Rayburn. La cuenta de Twitter de la serie confirmó la nueva temporada y su fecha de llegada en el 2016.
It's only the beginning… pic.twitter.com/vDXQmr2lQi
— Bloodline (@Bloodline) March 31, 2015
