Fuera de las animaciones, los documentales y del cine de fantasía y superhéroes, la factoría de Walt Disney Pictures también se encarga de trasladar al cine historias motivacionales inspiradas por personas sin recursos que han alcanzado la cúspide deportiva. Basada en la increíble historia de la ajedrecista ugandesa Phiona Mutesi, Disney y la directora Mira Nair presentan Reina de Katwe, quizás su mejor drama deportivo hasta ahora.
No fue sino hasta el 2014 cuando Disney comenzó a tomar en serio a sus producciones deportivas. Un golpe de talento fue un completo desacierto, y aunque Disney logró enmendarse el año anterior con McFarland: sin límites, el estudio finalmente le dio al clavo con Reina de Katwe, una película que si bien no ofrece nada nuevo al subgénero deportivo, cumple como toda una feel-good movie.
Fuera de las animaciones, los documentales y del cine de fantasía y superhéroes, la factoría de Walt Disney Pictures también se encarga de trasladar al cine historias motivacionales inspiradas por personas sin recursos que han alcanzado la cúspide deportiva. Basada en la increíble historia de la ajedrecista ugandesa Phiona Mutesi, Disney y la directora Mira Nair presentan Reina de Katwe, quizás su mejor drama deportivo hasta ahora.
No fue sino hasta el 2014 cuando Disney comenzó a tomar en serio a sus producciones deportivas. Un golpe de talento fue un completo desacierto, y aunque Disney logró enmendarse el año anterior con McFarland: sin límites, el estudio finalmente le dio al clavo con Reina de Katwe, una película que si bien no ofrece nada nuevo al subgénero deportivo, cumple como toda una feel-good movie.
Situada en Kawte, el barrio marginal más grande de Uganda, encontramos a Phiona (Madina Nalwanga), una niña de diez años que vive en condiciones precarias junto a su trabajadora madre, Nakku (Lupita Nyong’o) y sus demás hermanos. Cuando Phiona descubre lo talentosa que es jugando ajedrez, será con la ayuda de su mentor, Robert (David Oyelowo), que se embarcará en un viaje a lo largo del continente africano para clasificar a las olimpiadas y darle una nueva vida a su familia.
Al igual que Un golpe de suerte, Reina de Katwe no sólo dedica tiempo a la presentación de los personajes, sino también a establecer las exóticas (es lo más halagador que puedo decir de una zona tan pobre como Katwe donde cada esquina está inundada de comerciantes ambulantes) locaciones donde acontece el relato. Viniendo de un film con el sello de Disney, éstas películas no son tan sucias como deberían ser, pero tampoco tan edulcoradas como se llegaría a pensar. En el fondo ésta puede ser una película de superación personal, pero la directora no teme en mostrar la otra cara de la moneda.
Reina de Katwe carece de sustancia, y aunque el guión de William Wheeler tarda en poner la historia en marcha, es facil conectarse con la travesía de Phiona y su deseo de dominar el ajedrez. La trama es bastante fina, pero eso no evita que Wheeler le eche un vistazo a la división de clases en Uganda (por más increíble que suene hay discriminación entre negros a pesar de ser de un país de extrema pobreza) y a la idiosincracia africana.
La debutante Madina Nalwanga cumple un buen trabajo poniéndose bajo la piel de Phiona, pero a quien realmente debemos darle crédito es a David Oyelowo como Robert. Como pasamos gran parte de la película con no-actores, Oyelowo ofrece una buena performance como el mentor de todo el grupo de niños que aspira a encontrar una segunda oportunidad por medio del ajedrez. Lupita Nyong’o también se destaca como la matriarca de la familia, pero su rol es sorpresivamente reducido.
Aunque Reina de Katwe es como cualquier otra historia del pez fuera del agua diseñada para edificar el animo del espectador, al menos en cuanto a dramas deportivos se refiere, Disney ha encontrado a una verdadera ganadora.
