Ni el director de salva de la politiquería de la industria.

Resulta que Warner Bros. y los Hermanos Weinstein estuvieron cerca de cargarse la legendaria carrera de Martin Scorsese.

Durante una reciente entrevista con GQ Magazine, el director de Los asesinos de la luna recordó cómo los hermanos, por aquél entonces presidentes de Miramax, le complicaron la vida durante el rodaje de Pandillas de Nueva York.

“Me di cuenta que no iba a poder trabajar si me iba a tocar hacer películas de esa manera”, reveló el realizador de 80 años (vía Indiewire). “Si esa era la única forma, entonces iba a tener que parar, porque los resultados no estaban siendo satisfactorios. A momentos fue extremadamente difícil”.

Pese a esa mala experiencia, Scorsese volvió a colaborar con los Weinstein en El aviador, y aunque todo fue viento en popa al comienzo, los conflictos resurgieron en la etapa de post-producción.

“Me opuse. Hubo una reunión, y me obligaron a tomar esa posición. Podría decirse que ya me habían ‘embarazado’, y no había forma de salir de eso. Pero el rodaje salió bien, y la edición también hasta las últimas semanas. Ellos se involucraron (en el proceso) e hicieron cosas realmente malintencionadas. Me dije a mí mismo, ‘Ya no voy a hacer películas'”

Los infiltrados, estrenada en 2006, acabó siendo al última película de Scorsese en ser distribuida por Warner Bros.. De acuerdo a Indiewire, la distribuidora tenía la intención de hacer de la cinta una franquicia.

Aun con todo el drama detrás de escenas, las tres películas acumularon veintiséis nominaciones al Oscar. Scorsese sabe lo que hace.

Los asesinos de la luna se estrena este 20 de octubre.

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