Devs, de Alex Garland.

3.5/5

Alex Garland es una de las mentes más iluminadas de Hollywood. Tanto así que su segundo largometraje como director, Aniquilación, fue motivo de una disputa entre una de las principales cabezas de Skydance, David Ellison, y el productor Scott Rudin

Ellison propuso que la película sea alterada porque iba a resultar demasiado “intelectual” y “complicada” para el público. Rudin, que tenía el privilegio del corte final, se puso del lado de Garland, quien un año antes venía de deslumbrarnos con su notable ópera prima, Ex-Machina.

Como resultado de esa disputa interna, Paramount llegó a la resolución de que ellos se encargarían de la distribución local y que venderían los derechos internacionales a Netflix, con la plataforma estrenando la película 17 días después de su paso por las salas de cine.

Me parece pertinente hacer eco de la experiencia previa de Garland, porque siento que eso, a mayor o menor medida, terminó delineando su primera incursión en la televisión con Devs, su ambiciosa miniserie que se estrenó a comienzos de año por Hulu y que llegó hace dos semanas a la pantalla de Fox Premium.

En la serie conocemos a Lily Chan (Sonoya Mizuno, a quienes mucho recordarán como el robot humanoide de Ex-Machina), una… ¿ingeniera en sistemas?, que se ve involucrada en un juego de intereses luego de que su novio ruso, Sergey (Karl Glusman), es misteriosamente asesinado en su primer día trabajando en Devs, una división de Amaya, compañía de computación cuántica propiedad de Forest (Nick Offerman), un CEO muy a lo Mark Zuckerberg que está convencido que no existe tal cosa como el libre albedrío.

Uno pensaría que al tratarse de un formato televisivo Garland tendría más terreno para explorar las cuestiones filosóficas que claramente lo motivan a pararse detrás de cámaras. Y aunque no caben dudas que aquí se abordan temas complejos que van desde el determinismo, multiversos y hasta la teoría de la simulación, tener que dejar todo tan masticado es el más grande pecado del director.

Los diálogos son tan expositivos que se podría pensar que Garland está siendo condescendiente, pero no. Él sólo se está asegurando que todo sea lo más digerible posible. Más allá de la cantidad de información innecesaria que Garland arroja hacia nosotros, el trabajo de Chan es apenas aceptable.

Su inexperiencia actoral se hace aun más evidente cuando comparte escenas con un Offerman, conocido por hacer roles más ligeros en series como Parks and Recreation, que seguramente tomó bastante inspiración de otros magnates de Silicon Valley, y de una de las actrices más criminalmente infravaloradas de la industria en Alison Pill, quien interpreta a la frívola, por no decir robótica, diseñadora principal del sistema de Devs.

Si bien Lily es quien conduce el relato, su arco, el de mujer con la espada contra la pared en medio de una conspiración internacional, se queda corto al de Forest, un clásico cuadro de científico marcado por un trauma del pasado que agota hasta el último recurso con tal de cristalizar sus ideales. En este caso, la mejora de Devs como un sistema que permita ver hacia el pasado, tanto como para ver a Jesucristo, o diez segundos hacia el futuro, lo cual enfatiza la noción de Forest de que vivimos en un universo en el que todas nuestras acciones están pre-establecidas. 

Sin contar el trabajo de Chan, las actuaciones son de primera. La fotografía es tan alucinante como en Ex-Machina y hay ciertos pasajes en los que Garland se toma la libertad para filosofar, pero percibo a Devs como una serie que no de lugar a la imaginación, y eso resulta decepcionante.

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