Francotirador, de Clint Eastwood.
Nota: el Festival del Oscar se lleva acabo del 6 al 11 de Febrero en cines selectos.
¿La guerra es una droga? Cierto es que la línea de la adicción entre el campo de batalla y hacer el ¨bien¨ para servir a tu país es bastante delgada, la adaptación cinematográfica de Francotirador del veterano realizador Clint Eastwood no es una obra novedosa del género bélico. Éste drama no trata con temas que ya no se hayan estudiado antes, como en mejores películas como Zona de miedo de Kathryn Bigelow, pero entre tantas malinterpretaciones que ha recibido, es conveniente aclararlas.
Basada en la su novela autobiográfica, el film sigue al francotirador más letal de la historia militar de los Estados Unidos: Chris Kyle, quien en cuatro tours de servicio en Irak le quitó la vida a más de 160 insurgentes, lo cual no sólo le otorgó el estatus como el tirador más mortífero de los Navy SEALs, sino también el apodo de ¨Leyenda¨. Rumbo al final de Francotirador, Eastwood nos ha hecho sentir genuinamente la pérdida de un valor altísimo de la milicia estadounidense.
Chris Kyle (Bradley Cooper) es un aspirante texano a vaquero que desde muy niño se le fue inculcado por su padre (junto a su hermano menor, víctima del abuso escolar) a no convertirse en un ¨lobo¨, pero tampoco ser una ¨oveja¨. Cuando mira por televisión el atentando terrorista de 1998 en la embajada americana, decide enlistarse a los Navy SEALs para servirle a su país en la lucha contra el terror. En un bar conoce a quien sería su esposa, Taya (Sienna Miller), y después de casarse con ella y esperar a su primer hijo, es enviado a Iraq en su primer tour luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre, donde sería apodado por los insurgentes como ¨El demonio de Ramadi¨.
Desde propaganda política hasta la consagración de un ¨asesino de niños¨, El francotirador ha sido llamada de todo tipo. Las personas están ignorando el verdadero propósito de la película, o de su caso en particular, la novela, escrita por Kyle para contar lo que los soldados atraviesan cuando están en guerra. American Sniper no podría haber sido más nítida en su discurso. Aquí nunca se intenta congraciar la violencia. Cooper trae a la vida a Kyle como un hombre que vive bajo el dilema de lidiar con las consecuencias de jalar el gatillo. Si no le dispara al niño, todo el pelotón que lo acompaña volaría en pedazos. Es una decisión imposible de tomar, pero Cooper siempre nos recuerda que hay una persona detrás de Kyle y no una maquina asesina.
Francotirador está lejos de ser la mejor película de Clint Eastwood, o el regreso que esperábamos para él como director. Distante parecen los días de Gran Torino, pero ésta sí sabe trabajar al espectador para ponerlo en las botas de Kyle. La guerra es un evento donde se mata para vivir, y en ningún momento Kyle nos transmite satisfacción haciendo lo que mejor sabe hacer. Probablemente algún otro francotirador, conociendo su registro, lo vería como un juego para consagrarse como el ¨más letal¨, pero Cooper interpreta a Kyle como un patriota que solo cumple con su deber y que nunca está al tanto del número de personas que ha asesinado.
Francotirador pone tus manos heladas cuando sabes lo que está por ocurrir, y todo esto se debe a la astuta dirección de Eastwood, quien con el guión de Jason Hall, y la transformadora interpretación de Cooper, se asegura de hacernos saber que Kyle no ha perdido su humanidad. Es una persona letal y determinada con el objetivo de asegurar el bienestar de sus hombres. No obstante, la edición de Joel Cox y Gary D. Roach hace que el film parezca un montaje de sus mejores asesinatos y de su rivalidad con un francotirador rival igual de mortal llamado Mustafa.
Como dije, el mensaje de American Sniper, ya predicado en otras películas, no puede ser más claro. La guerra es adictiva, y de no ser así, Kyle no hubiese regresado a ella cuatro veces. Nuestros problemas cotidianos (por más problemáticos que sean) no son nada en comparación a lo que se vive en Medio Oriente, y para alguien como Kyle, con la responsabilidad de proteger a los suyos, es egoísta pasear un domingo con su familia. Cuando hombres como él le dan una probada a la guerra es difícil que puedan detestar su sabor, y cuando finalmente lo hacen, las repercusiones son trágicas. Las secuelas de la misma ganan de una forma u otra.
La sed patriota de Kyle se alimenta cuando ve a sus camaradas caer, pero cuando no conocemos a ni un personaje que no sea él o su esposa, es complicado entender sus razones, y es aquí cuando la edición nominada al Oscar de Cox y Roach vuelve a decepcionar. No hay escena que se extienda por más de tres minutos, y entre seguir a Kyle en todos sus tours y el poco tiempo que pasa junto a su esposa, no hay lugar para desarrollar algún lazó afectivo con otro marine. Debería importarnos lo que Kyle siente para poder relacionarnos con la encrucijada de hacer un pequeño bien para desatar un mal mayor.
Francotirador no cumple como una de las mejores películas de guerra de los últimos años (no la pondría a la altura de Zona de miedo), ni como el esperado regreso de Clint Eastwood (aunque verdaderamente ésta es su mejor realización desde Gran Torino), pero es un estremecedor retrato sobre la responsabilidad y el patriotismo de un hombre con su país impulsado por la fantástica personificación de Bradley Cooper.