Obsesión, el nuevo thriller del escritor de Promesas del este (Steven Cronenbergh, 2007) y director de Locke (aquél film en el que Tom Hardy está a bordo de un BMW durante toda su duración), Steven Knight, pasó sin pena ni gloria por las salas de cine de Estados Unidos a pesar de tener a Matthew McConaughey y Anne Hathaway en los protagónicos.
El fracaso comercial – y crítico – de Obsesión ha sido atribuido a que su distribuidora, Aviron Pictures, escatimó a la hora de promocionar la película ya que tras una serie de proyecciones de prueba determinaron que serían incapaces de encontrar una forma adecuada de publicitarla. Y es que después de ver la película la postura de Aviron es entendible, pues Obsesión resulta uno de los thrillers más ridículos y pobremente escritos que se han visto en mucho tiempo.