Sonic: La película, de Jeff Fowler.

2.5/5

Aunque se agradece el rediseño de Sonic después de ese aberrante primer trailer que aterrorizó a medio Internet por igual, ¿basta con ser fiel a la apariencia del personaje para garantizar una adaptación en live-action que rompa con la maldición de los videojuegos trasladados al cine? Pues, no del todo.

No ver el horripilante diseño humanoide con el que habían traído a la vida al erizo más famoso de Sega ya es un punto a favor, pero si hablamos de Sonic: La película como lo que es, una película, resulta una que si bien suele ser medianamente disfrutable casi siempre apela a un humor bastante burdo.

Sonic (en el doblaje latino con la voz de Luis Arturo Villar, mejor conocido por su canal en Youtube, Luisito Comunica), es un erizo que llega a la Tierra por medio de anillos mágicos que son capaces de crear portales a otras dimensiones. Triste por su soledad, Sonic encuentra a un amigo en Tom Wachowski (James Marsden), el ingenuo alguacil de la pequeña ciudad de Green Hills que debe ayudarlo a encontrar sus anillos y escapar de las garras del Doctor Robotnik (Jim Carrey), un malvado científico interesado en su super-velocidad.

El único apartado imaginable en que Sonic funciona es para servir al público infantil, porque, ante un humor tan básico es donde las risas sí están dadas por hecho. Que Paramount Pictures haya reducido tanto su enfoque demográfico es algo que no se entiende ya que en teoría el target tuvo que haber sido la generación que creció con los juegos.

En igual medida que la apariencia del personaje, lo que preocupaba era lo poco arriesgada que esta adaptación era en su propuesta. Y aunque, reiteró, se agradece que Paramount haya retrasado el estreno para rediseñar al personaje, eso no es suficiente.

El conflicto interno de Sonic se siente apenas trabajado, incluso para una película para niños. Y a pesar que sí hay un entendimiento con el alguacil de Marsden, las secuencias de acción carecen del ritmo y la vertiginosidad que es tan digna de los videojuegos en los que están inspiradas.

Lo mejor que se puede decir de este live-action es que no está ni de cerca a ser la catástrofe que todos esperaban y que Jim Carrey se roba sus escenas con su apropiadamente caricaturesca y, a momentos exagerada, encarnación del Doctor Robotnik, pero Sonic: La película, a pesar de estar por encima de otras adaptaciones fallidas, juega muy a lo seguro.

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