Julieta es una apuñalada constante de Almódovar al espectador. Parece que el director manchego había perdido el hilo después de darnos una comedia como Los Amantes Pasajeros, la cual en particular era un recuento de su comedia Pepi, Luci y Boom y Otras Chicas del Montón, sólo que como un autohomenaje de sus personajes en un avión. Julieta desmonta todo lo anterior y desde los primeros segundos de película, con una tela maravillosamente roja y una escultura de un hombre castrado, nos hunde en su historia.

Esta vez Almodóvar vuelve a jugar con su narrativa, puesto que es una historia lineal. Con esto no quiero decir que la película por ser lineal carezca de elementos narrativos. De hecho, es el recurso más adecuado para contar este relato sobre la soledad.

4.5/5

Julieta es una apuñalada constante de Almódovar al espectador. Parece que el director manchego había perdido el hilo después de darnos una comedia como Los Amantes Pasajeros, la cual en particular era un recuento de su comedia Pepi, Luci y Boom y Otras Chicas del Montón, sólo que como un autohomenaje de sus personajes en un avión. Julieta desmonta todo lo anterior y desde los primeros segundos de película, con una tela maravillosamente roja y una escultura de un hombre castrado, nos hunde en su historia. 

Esta vez, Almodóvar vuelve a jugar con su narrativa, puesto que es una historia lineal. Con esto no quiero decir que la película por ser lineal carezca de elementos narrativos. De hecho, es el recurso más adecuado para contar este relato sobre la soledad.

Julieta (Emma Suárez) se encuentra haciendo sus maletas para irse a vivir a Portugal con su pareja, por lo que decide comprar unas cuántas cosas antes de partir, lo cual da pie a que se encuentra con Beatriz (Michelle Jenner), su vieja amiga. En ese cruce de diálogos le cuenta que se encontró con su hija, Antía. Esto despierta nuevamente la necesidad de dar con el paradero de su hija que no ha visto desde hace casi veinte años. Para esto decide permanecer en Madrid y empezar a escribir un libro sobre lo que verdaderamente aconteció en su vida.

La vida como tal representa muchos retos a nivel personal. Varios de estos son la muerte, la pérdida y sobre todo la soledad. Se palpa muy bien que estos puntos son conocidos por Almodóvar. De hecho, pareciera que esta película es más oscura que la misma La Piel que Habito. Aparentemente, después de su operación de espalda, el director tuvo tiempo de encontrar la soledad. Esto fue parte de lo que le ayudó a conectarse con este universo desierto de personas que van y vienen de vidas.

El nivel psicológico está a un grado que le permite al espectador encontrar puntos de conexión con los que se puede relacionar. Todos tenemos una madre, todos hemos tenido miedos, todos hemos tropezado con personas con las tenemos una lazo profundo. Tal vez faltaría tiempo para citar todo lo que sucede en los primeros veinte minutos de película, puesto que a un nivel emocional, Julieta se complejiza mientras progresa.

Lo lineal se debe a que tal vez somos espectadores acostumbrados a encontrar puntos bruscos en los cambios de la historia. Julieta no lo hace, aun cuando comienza mostrando a una Julieta joven (Adriana Ugarte) en su trayecto a una historia sensible. De hecho, no se aleja de ese aire característico de Almodóvar. Cada encuadre de la película tiene un rojo y éste evoluciona con diferentes tonalidades según el personaje. Más aun cuando representa el deseo y esto hace que el color cambie a cada momento. Pero sumándole a este universo ya conocido está esa profunda relación madre e hija, que cada minuto de película va taladrando en el corazón, pero simplemente nos deja con la  amargura profunda que vive nuestra protagonista.

Para que todo este mundo funcione la música debe tener un papel fundamental, aunque curiosamente ésta tiene esa melodía que escuchamos en Todo Sobre mi Madre y Volver. Esto tal vez se da porque son historias de madres e hijas. Las actuaciones son brillantes a un punto que nos deja pensando qué podría ser algo teatral, pero sabemos que este es el mundo ya presentado del director. La elección de las dos actrices que hacen de Julieta es tan magistral que cuando una cambia a la otra,  el espectador no lo siente por tener una historia tan potente y una manera tan ingeniosa de marcar el paso del tiempo.

Julieta está basada en los relatos de Alice Munro, pero de éstos solo hay un embrión que ayudó a gestar tremenda historia. De hecho, de éste hay la secuencia del tren, que bien nos recuerdan a una Manuela (Cecilia Roth) en Todo sobre mi Madre, viajando a encontrarse. Claro que en este va mucho mas allá y marca profundamente la vida de una joven Julieta.

No podría hablar de un film pretencioso, sino de una película sencilla. Es una muestra que nos regala Almodóvar para reconciliarnos con su universo de mujeres. Sin duda, Julieta es una historia de la soledad profunda con la relación de madre e hija, con un final sorprendente. Simplemente nos hará ir con un amargo dolor, suspiro y una sonrisa. Gracias, Pedro Almodóvar, por nuevamente sumergirnos en tu universo intimo de sentimientos efervescentes.

Julieta - Póster

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