Un repaso de nuestras veintitrés películas favoritas que nos dejó 2023. Desde los estrenos de Sundance, Berlín y Cannes hasta una que otra cinta nominada al Oscar.
Advierto que hubieron títulos aclamados que no tuve la oportunidad de ver por motivos fuera de mi control. Estos son: Ferrari, About Dry Gras, The Taste of Things y Zona de interés.
23. Juego limpio
Una soberbia – y un tanto sesgada – mirada sobre las dinámicas de las relaciones amorosas en el contexto del feroz y competitivo mundo de las inversiones. Phoebe Dynevor, excelentemente emparejada con Alden Ehrenreich, entrega una de las actuaciones más potentes del año.
22. Cómo tener sexo
Tres hooligans británicas – entre ellas, una inocente virgen – vacacionan en una isla griega en búsqueda de pasar un buen rato y, con suerte, ligar.
Cómo tener sexo, ópera prima de Molly Manning Walker galardonada en Cannes, retrata con una increíble precisión la fugacidad en la que puede ocurrir un abuso irreversible.
21. Muerte infinita
Brandon Cronenberg continúa excediéndose a sí mismo con otra inovadora distopia de ciencia ficción. Si en Possesor examinó los roles de género y la identidad, Infinity Pool supone una aguda crítica hacia el privilegio de clase.
20. Divinity
El sci-fi está en buenas manos con Brandon Cronenberg, pero si hubo un director que salió del cascarón en Sundance, ese fue Eddie Alcazar.
El cineasta, hijo de madre boliviana, compone en Divinity una pesadilla lo-fi, multidisciplinar en blanco y negro sobre la vanidad, el consumo y el hedonismo.
19. Air: la historia detrás del logo
Viendo la carrera como director de Ben Affleck, Air: la historia detrás del logo es la película más atípica de toda su filmografía, pero increíblemente es su mejor esfuerzo detrás de cámaras desde la ya distante Argo.
Affleck adopta un rol secundario – pero no menos importante – delante de cámaras para abordar una biografía deportiva triunfalista que, a manera de cápsula de tiempo, examina, por sobre todo, la fijación de la sociedad con las marcas.
18. Sala de profesores
En medio de la pesadilla migratoria que atraviesa Europa llega este drama social alemán que sorprende no venga firmado por los realistas más contemporáneos del viejo continente, los Hermanos Dardenne.
Leonie Benesch comanda el relato como una profesora de primaria muy moralista que se ve envuelta en un embrollo cuando acusa a una colega de robarle una blusa.
Al director Ilker Çatak poco le interesa atar los cabos sueltos del argumento, sino más bien diseccionar las irremediables brechas culturales y generacionales que dividen a un país que no sabe cómo escapar de su pasado.
17. Los que se quedan
Tuvieron que pasar seis años para que el gran Alexander Payne pueda limpiar su imagen desde Pequeña gran vida, su desastroza sátira anticapitalista.
Los que se quedan tampoco es que haya sido la película navideña de la temporada, pero funciona como el retrato de tres almas abandonadas que buscan encontrarle algo de significado a sus vidas.
La depresión navideña es real.
16. Reality
Quién diría que la película más tensa del año sería relegada a televisión por HBO.
Con recursos limitados (una sola locación y cinco actores), la dramaturga Tina Salter construye un relato tan hostil como sofocante acerca del interrogatorio y consecuente arresto de Reality Winner (Sidney Sweeney), una veterana de las fuerzas aéreas de Estados Unidos acusada de haber filtrado documentos relacionados a la supuesta interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016.
Con planos muy cerrados, pocos cortes y fragmentos de diálogo extraídos directamente de la interrogación, Salter nos mantiene en el filo del asiento y con la respiración contenida.
15. Afire
El autor alemán Christian Petzold (Yella, Phoenix, Undine) se adapta a estos tiempos modernos con su obra más “accesible” hasta la fecha: Afire.
Ganadora del Oso de Plata en la Berlinale, este drama romántico nos pone bajo la piel de Leon, un inseguro escritor que se recluye a una cabaña a orillas del mar báltico para retocar el manuscrito de su primera novela antes de reunirse con su editor. Es ahí donde conoce a Nadja (Paula Beer, la nueva musa de Petzold), una literata que, por más injusto que le parezca, lo supera en sensibilidad artística.
Una tragedia griega para esos idealistas que creen a ciegas en el amor platónico.
14. Los asesinos de la luna
Martin Scorsese firma su séptima colaboración con Leonardo DiCaprio en Los asesinos de la luna, una crónica de casi cuatro horas sobre el genocidio de una comunidad de nativos americanos a principios del siglo XX.
Es una película diseñada expresamente para indignar, pero que el propio director se inserte dentro del relato para calmar las aguas demerita la presencia de algún vestigio de autoría en lo que resulta ser una adaptación servil.
La película más provocadora de Scorsese desde La última tentación de Cristo, y eso es decir mucho.
13. The Royal Hotel
Como lo escribí en su momento, The Royal Hotel, segundo trabajo detrás de cámaras de Kitty Green en el cine de ficción, parecía otro clásico ejemplo de turismo gone wrong, pero la documentalista, apoyada en grandes interpretaciones de Julia Garner y Jessica Henwick, entrega una película de venganza – quizás de las más sutiles en ejecución – que funciona muy bien como una reimaginación de Thelma y Louise que no deja víctimas colaterales.
12. Passages
Los artistas son seres complicados, pero podría decirse que los directores de cine son seres aún más “especiales”
Passages, la nueva obra de Ira Sachs, narra la historia de Tomas (Franz Rogowski), un meticuloso director que es una contradicción ambulante: un hombre casado abiertamente homosexual que comienza una aventura con Agathe (Adèle Exarchopoulos), una profesora de primaria.
Siguiendo la línea de su filmografía, Sachs explora la fluidez de la orientación sexual a través de la impulsiva vida de un hombre que solo sabe poner orden en el plato de rodaje.
11. Vidas pasadas
¿Existe el amor platónico? El cine no se cansa de formular esa pregunta, pero pocas películas llegan a tener la honestidad de Vidas pasadas, ópera primera de la directora surcoreana-canadiense Celine Song.
El planteamiento es sencillo: un inesperado triángulo eclosiona cuando Nora (Greta Lee), una escritora con grandes aspiraciones en la vida, se reencuentra doce años después en Nueva York con Hae (Teo Yu), un interés romántico de su infancia. Nora está felizmente casada con otro escritor, pero un fuerte deseo la obliga, bajo el consentimiento de su pareja, a darle una oportunidad a ese amor inrresoluto de su vida pasada en Corea.
10. Los adultos
Ya conocemos las pautas del argumento: tres hermanos distanciados se reúnen en la casa donde crecieron luego de una dolorosa pérdida, pero la diferencia en Los adultos de Dustin Guy Defa es que aquí los afectados (Michael Cera, Sophia Lillis y Hanna Gross) exteriorizan sus traumas y conflictos internos a través de la interpretación de monólogos de los programas infantiles que veían en su niñez.
Porque quién en su sano juicio querría ser un adulto, ¿no?
9. Fingernails
El autor griego Christos Nikou (Apples) vuelve a la carga con otra minimalista propuesta de ciencia ficción que nos da un buen adelanto de cómo serían las aplicaciones de citas del mañana. Spoiler: de Tinder no tienen nada.
La película, situada en un futuro en el que las parejas miden su compatibilidad por medio de una uña, es un retrato colectivo, a ratos devastador, sobre la soledad en una sociedad cada vez más conectada.
8. The Caine Mutiny Court-Martial
Vaya soberbia despedida para el legendario director detrás de títulos como El exorcista, La conexión francesa y Sorceser.
William Friedkin firma un courtroom drama totalmente respaldado sobre largos parlamentos en el que, durante 109 minutos, se intenta justificar la validez de un motín dentro de un acorazado cuando la estabilidad mental de su capitán es puesta en tela de duda.
Keifer Sutherland y Jason Clarke brillan entre el numeroso reparto.
7. Tótem
Para sus siete años, Ana es una niña bastante normal. Tiene una relación armoniosa con las plantas y los animales que habitan el patio de su casa. También tiene dudas no tan comunes para alguien de su edad, como en qué año se va acabar el mundo. Pero lo que no sabe es que su padre va a morir. Bueno, lo sospecha.
Es en torno a su inocente mirada que la directora Lila Avilés construye el relato de Tótem, un potente drama sobre las adicciones generacionales, la pérdida y la autodestrucción.
6. Dream Scenario
Ya vimos a Nicolas Cage hacer de sí mismo, pero lo que no habíamos visto todavía era a Nicolas Cage invadir sueños ajenos a la Freddy Krueger.
Es a partir de esta ingeniosa premisa que el director noruego Kristopffer Bogli (Enferma de mí) teje una aguda crítica hacia el consumismo. Porque en esta tragicomedia ni los sueños se salvan de la publicidad.
5. Skinamirank
Una pesadilla surrealista experimental de ruido, estática y voces distorsionadas.
Definitivamente concebida para un paladar muy selecto, Kyle Edward Ball, con nulo presupuesto pero mucha visión, crea un cosmos que captura la esencia de aquellos temores irracionales de la niñez que se quedan con nosotros hasta la vida adulta.
4. Beu tiene miedo
Sumergidos en la ineptitud facilitada por las plataformas de streaming, los excesos y el decadente cine de superhéroes, Ari Aster destaca como una de las pocas voces de Hollywood que merecen ser escuchadas.
Es así cómo el director graduado del AFI abandona el cine de terror por el que se dio a conocer para adentrarse de lleno al absurdo en Beau tiene miedo, una audaz, ambiciosa y desafiante obra sobre el trauma y las relaciones intrafamiliares que no tienen reparo.
3. The Starling Girl
Mientras de un lado se alaba a Greta Gerwig por tipear… “patriarcado, patriarcado, patriarcado” en su Final Draft, por otro tenemos a Laura Parmet denunciando las prácticas de un grupo religioso patriarcal en The Starling Girl, una selección oficial de Sundance que hace mucho más por el feminismo que una adaptación tan plástica como las muñecas de Mattel.
2. Red Rooms
Red Rooms es, a resumidas cuentas, todo lo que se percibe erróneamente de películas como Saló o A Serbian Film.
Un visceral, impactante y retorcido (se me acaban los adjetivos, a decir verdad) estudio sobre el consumo de la violencia extrema por Internet y la desensibilización hacia la misma.
Este tercer largometraje del director canadiense Pascal Plante, con paso por el Fantasia Film Festival, sigue la vida de una joven modelo obsesionada con el caso de un asesino de niñas en Quebec y un video snuff que seguramente ni se encontraría en la ya extinta LiveLeak.
Red Rooms es la película sobre la deep web que no sabíamos que necesitábamos.
1. Secretos de un escándalo
Todd Haynes (Safe, Carol), el padre del melodrama americano, marca su regreso al cine de ficción con Secretos de un escándalo, los $20 millones de dólares mejor invertidos por Netflix.
Adaptada de una historia original de Samy Burch y Alex Mechanik, la película nos pone en la piel de Elizabeth (Natalie Portman), una actriz que, en preparación para un nuevo rol, se inmiscuye en la intimidad del hogar de Gracie (Julianne Moore), una actriz desgraciada que abusó sexualmente de un menor con el que años después formó una familia.
Mientras, en la superficie, la película propone una íntima exploración del abuso en la industria, en el fondo cuestiona la propia naturaleza de las adaptaciones que llevan esa infame advertencia: basado en hechos reales.
Potenciada por sólidas actuaciones de Portman, Moore y Charles Melton, y una fotografía bastante elocuente, Secretos de un escándalo es uno de los pocos dramas de este año con verdadero pedrigrí de Oscar.
