Asteroid City, de Wes Anderson

4/5

En Asteroid City, Wes Anderson nos da una película impresionante que trasciende la estética ya tan conocida del director para ofrecer una historia profunda acerca del duelo, la conexión humana y el significado de la vida. La película es contada en tres niveles diferentes de narración: la puesta en escena de una obra de teatro, el proceso de producción de la obra en el mundo real y el narrador que cuenta todo como observador externo. Asteroid City balancea magníficamente la complejidad de su narrativa meta, y mas allá de quedarse en una elección estilística, los elementos de cada nivel de narración dialogan entre sí para llevar a cabo la profunda reflexión con la que nos deja el film. Esta película presenta elementos que ya conocemos de Anderson en sus anteriores obras como lo son la melancolía de la vida adulta y el potencial de la niñez, pero a esto se suma una crítica sorprendente a la vida americana, la ciencia y la idea de progreso.

Asteroid City es el nombre de una ciudad minúscula en el desierto de Nuevo México, muy cerca de donde se practican las pruebas de la bomba atómica, cosa que no se trata en la película como algo siniestro o secreto, sino que más bien es extrapolado a cotidianeidad a forma de burla. Nuestro personaje principal, Augie Steenbeck (Jason Schwartzman), es un fotógrafo de guerra demasiado serio que no sabe cómo lidiar con la muerte de su esposa que ahora deberá explicar a sus cuatro hijos. También tenemos a Midge Campbell (Scarlett Johansson), una gran actriz americana melodramática que siempre parece estar ensayando para un rol. La película tiene un amplio reparto de personajes como estos, cada uno más particular que el anterior, pero todos comparten una característica común: todos están perdidos en quien se supone que deben ser.

Los personajes que escribe Conrad Earp (Edward Norton) para su obra y que Schubert Green (Adrien Brody) trae a la vida son todos personajes cuyas excentricidades esconcen una soledad de no saber decir… no saber ver… Cada personaje parece estar atrapado en su propia historia y no se preguntan por nada más por fuera de ella. En la vida son fotógrafos, militares, actrices, profesores o científicos y no tienen por qué cuestionarse nada por fuera de esto, así son las cosas. El problema que introduce Conrad en la obra de teatro es que un evento rompe con todo esquema de realidad y ante esto la historia de Asteroid City lidia con la reacción, o la no reacción de sus visitantes. Pronto nos damos cuenta de que todas las reacciones son absurdas como lo es también la pregunta por el sentido de la vida que es traída múltiples veces por diferentes personajes.

Aquí es donde se da la conexión entre la puesta en escena de la obra y la producción de esta en la vida real. Tanto por dentro como por fuera de la producción de Asteroid City es la pérdida lo que conecta a los personajes con la búsqueda de algo más, de un sentido o una interpretación.
La pérdida es elemento fundamental de la historia, la pérdida de un ser amado, la pérdida de realidad o de conexión con los otros. Estos personajes afrontados a la realidad absurda de la pérdida huyen en búsqueda de algo que los ayude a lograr el entendimiento del otro, de sí mismos, del mundo y el lugar que ocupan en él. Sin embargo, esta no es una respuesta que puedan obtener.

El gran evento que ocurre en Asteroid City se presenta como un giro a la realidad, pero que no aporta nada, no hay un gran secreto del universo que se revela en ningún momento y eso es lo que nos decepciona. No estamos en las estrellas, no somos protagonistas en una gran guerra intergaláctica, no somos protagonistas de una historia de amor, no somos especiales ni vamos a alcanzar la grandeza, solo somos, existimos y un día morimos, ni siquiera importa donde serán enterradas nuestras cenizas.

La guerra, la ciencia, el arte y el amor son las respuestas comunes que podemos encontrar en los personajes a lo largo de la historia, sin embargo, ninguna de ellas en ningún momento alcanza. Hay algo que se escapa. puede haber algo de sentido, pero no podremos atraparlo o interpretarlo, solo podemos seguir viviendo y seguir con la obra esperando que eventualmente surjan pequeños momentos fugaces pero intensos que nos ayudan a sentir algo en medio de este caos. La tragedia y salvación en esto es que no hay nada más humano que lo que estos personajes hacen, lo cual no es mas que un reflejo de la realidad en la que vivimos.

“Nunca tendrás memorias que valgan la pena guardar
O encontrarás la verdad que buscas
Mientras duermes
Pero no puedes despertar sino te duermes”, You cant wake up if you don´t fall asleep de Jarvis Cocker para Asteroid City.

Asteroid City nos invita a pensar en que hacemos con nuestra vida, como vivimos cada día y como nos relacionamos con las personas que nos rodean, así como, el miedo de que nadie note nuestra existencia en el universo.

CategoríasCríticas